sábado, 5 de julio de 2014

en la maison

Llevo ya unos días en Angoulême, Francia. He venido aquí básicamente a estudiar y dibujar. El pasado febrero presenté los proyectos de cómics que estoy realizando a La Maison des Auteurs, una residencia para dibujantes que pertenece al centro cultural público Cité internationale de la bande dessinée et de l'image (aprovecho para dar las gracias desde aquí a Antonio Altarriba por sus ánimos y apoyo, a Santiago García por sugerirme la idea, y a Héloïse Guerrier por su generosa ayuda en la traducción deh los documentos que tuve que presentar a la convocatoria), y el comité artístico de la Maison decidió seleccionarlos. El comité, del que forman parte dibujantes de renombre del cómic francobelga, se renueva cada cierto tiempo; de hecho ha cambiado recientemente, el que seleccionó mis proyectos fue uno diferente al actual.

Como digo, la Maison es una residencia artística que pertenece a la Cité de la BD, que por si alguien no lo sabe tiene también su sede en Angoulême, lugar donde se celebra desde hace 40 años el festival de cómic más importante de Europa. La Cité de la BD cuenta, ubicadas en varias sedes, con museo, salas de exposiciones, biblioteca, librería, cine (en el cine de la Cité, que por supuesto es público, vi precisamente hace unos días Under the Skin)... y esta formidable residencia artística. La Maison des Auteurs lanza tres convocatorias anuales para presentar candidaturas desde todo el mundo con proyectos relacionados con el cómic, la animación y artes visuales, y los seleccionados tienen la oportunidad de venir aquí a realizarlos, compartiendo espacio y comunidad con dibujantes de otros países, que incluyen a europeos, americanos, africanos o asiáticos. La Maison ofrece asesoramiento jurídico a los autores, pero también organiza actividades como exposiciones y encuentros profesionales con editores y otros autores.

En mi caso estoy aquí para realizar una residencia de verano durante todo el tiempo que mis obligaciones laborales en España me lo pueden permitir, lo que significa que estaré aquí hasta septiembre. Pero se puede permanecer más tiempo, de hecho el máximo de residencia permitida son cuatro años en total, que pueden ser discontinuos. La Maison me ofrece gratuitamente, como a otros dibujantes, alojamiento y uso de las instalaciones del taller. Los gastos ordinarios, de viaje y manutención corren de cuenta de cada dibujante. Precisamente la extinta beca AlhóndigaKomic de Bilbao ofrecía una dotación para sufragar la manutención a los becados, pero fue eliminada a pesar de las movilizaciones de hace un par de años para que siguiera convocándose. En mi caso tengo la fortuna de poder pagarme dichos gastos, pero viendo aquí a dibujantes jóvenes a los que no les resulta tan fácil afrontarlos, es inevitable recordar su lamentable desaparición. 

No son pocos los españoles que ya han pasado por aquí. Desde Alfonso Zapico a Álvaro Ortiz, pasando por Lola Lorente, Clara-Tanit, Martín Romero, Pep Domingo alias Nadar, y otros de los que (perdón) seguro me olvido. Yo también tengo el honor de figurar ya entre los autores residentes en estos momentos, que podéis consultar aquí: en el edificio de la Maison, de cuatro plantas incluyendo el sótano, están trabajando ahora mismo autores como Jessica Abel, Matt Madden, Chema Peral (quien de hecho es mi compañero de piso, situado a dos minutos a pie de la Maison), Rachel Deville, Golo o Lucas Varela, entre otros. Mi ficha personal en la Maison podéis verla aquí. Como podéis leer en el último enlace, he venido a esta residencia a continuar mis tres proyectos en marcha: Memorias de un periodista, una adaptación a cómic de los recuerdos de un periodista español, La crisis según, un ensayo gráfico que estoy realizando sobre la crisis financiera y política de los últimos años, y por supuesto el cuarto volumen de El vecino, con guión de Santiago García, que, aunque aún no tiene fecha de publicación, puedo prometer y prometo que avanza. Concretamente a un ritmo de dos páginas como esta al día:
En próximos posts iré mostrando el funcionamiento de la Maison, sus instalaciones, sus «inquilinos» y sus responsables, Pili Muñoz y Brigitte Macias, que me han tratado fenomenalmente (todo es fácil y cómodo aquí, y no lo digo por decir; solo tengo palabras de agradecimiento hacia ellas). De momento, algunas pistas sobre el marco incomparable que nos rodea:
La entrada de la Maison des Auteurs al atardecer, en la magic hour
(hay una luz maravillosa aquí, y muchas horas de sol ahora mismo; amanece sobre las seis y de momento hay luz hasta las diez de la noche; de hecho me han contado que en la región había una tradición de pintores paisajistas plein air que venían atraídos por la calidad de la luz)

Aunque en Angoulême no hay muchas distracciones, y por tanto se puede dibujar y dibujar y después dibujar, en la Maison a veces se organizan fiestas para hacer comunidad y facilitar los encuentros entre autores. Fiestas como esta: 
Con dibujantes de incógnito que se cuelan de matute:
(fotos de Eldine Vette)

A veces también puedes distraerte por las celebraciones callejeras de la victoria de la selección francesa en el mundial de fútbol:
Pero quitando esas excepciones, como digo, esto normalmente es un sitio de paz y tranquilidad que sólo invita al retiro espiritual. O artístico.

(à suivre)

2 comentarios:

Urbs dijo...

Disfruta de tu estancia en Angouleme Pepo

Hace un par de años estuve en la Maison viendo una exposición y tomándome un café. Pero claro, era en invierno (anochece pronto), con frío y con prisas para intentar no perderme nada del Festival.

Pepo Pérez dijo...

Muchas gracias por los deseos y el comentario, Urbs. Un abrazo desde Angou